Os voy a contar un
recuerdo mío… Hace un mes me puse a estudiar con una compañera mía que estuvo preparándose
para un examen. Tuvimos una lista de
vocabulario y de expresiones y había que buscarlas en el diccionario. Cogimos
los diccionarios más gordos que había en la biblioteca, algunos pesaban más que
mi propia cabeza, y pusimos a buscar, pero no teníamos mucho tiempo. Después de
20 minutos solo teníamos puesto los significados de 7 palabras cada uno. Desesperada, mi compañera cogió su móvil y
entró en la página web de la RAE. Yo era demasiado orgullosa para darme por
vencida y seguí buscando las palabras en el diccionario físico, mi buen amigo.
Al ver que ella avanzaba más rápida que yo, me puse nerviosa e intenté
distraerla… “¡Qué mala eres!” dije a mi misma, me rendí y cogí el móvil…
Es verdad que
nosotros ahora tenemos la necesidad de hacer todo muy rápido y nos falta paciencia
por esto optamos por lo más fácil. Es innegable que las nuevas tecnologías nos
convierten la vida más soportable y a veces nos hacen más vagos, pero ayudan también
a aprender nuevas cosas, no me refiero solo al ámbito educativo, sino, a la
vida en general. Con un clic solo tenemos acceso a recetas de comida, nos
encontramos en otro país, hacemos una cita con el médico y más.
Yo desde que empecé
este master aprendí lo importante que son las nuevas tecnologías y me di cuenta
de que no sabía utilizar la red. Me siento indefensa y asustada con tantos
recursos disponibles, algo que no debería asustarme. Lo más feliz me sentí últimamente
fue cuando encontré manuales de ELE en PDF. No se si diríais que mi vida es muy
triste o que soy una persona dedicada a mi trabajo. Espero que sea el segundo.
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